Saturday, May 13, 2006

CARTA DEL MAYOR CERECEDA

A los Padres y Familiares de
los Mártires de Antuco
Presente:
Apreciadas familias de los Soldados Víctimas de la Tragedia de Antuco a quienes guardo todo mi respeto. Hace mucho tiempo que esperaba dirigirme a ustedes para expresarles mis sentimientos de querer acompañarlos en el dolor y desesperanza, deseando de todo corazón que algún día podamos estrechar nuestras manos y poder conversar de las cosas que realizaron sus hijos, mis soldados, cuando estuvieron realizando la campaña. Pero no había podido hacerlo debido a los acontecimientos por mí vividos y al tremendo dolor que me embarga el cual que no me permitía el encontrar palabras para poder hacerlo. Cuando hablo de dolor es porque lo considero nuestro, debido a que en todo momento y permanentemente he estado con todos y cada uno de ustedes en pensamiento y oración, sintiendo todo lo que han vivido como propio, puesto que sin duda ustedes son los más afectados por este terrible sentimiento, por haber perdido a un hijo y yo por haber perdido a un número tan importante de mis mejores soldados. No olvidaré jamás a cada uno de esos jóvenes, que con tanta ilusión seleccioné y recibí el 04 de abril en el Regimiento, que preparé con afecto y con cariño junto a mis oficiales y clases, y que desgraciadamente el destino nos arrebató, sin aviso previo, ese miércoles 18 de Mayo, cuando nada nos permitía presagiar la triste suerte que correrían, "lo impredecible del tiempo y aquella situación excepcional de viento blanco" fue la causante de tan terrible tragedia, es algo que me ha herido en lo más profundo de mi alma, como hombre, como padre y como soldado, es un sentimiento de dolor que llevaré siempre conmigo. Lamento profundamente que todo haya cambiado tan abruptamente, para todos nosotros y que esa desafortunada vivencia haya transformado nuestras vidas. Repentinamente, Dios los llamó a su lado, ahora son ángeles como el nombre de nuestra ciudad, nuestro regimiento y nuestro batallón. Ellos están formando parte de otro Ejército, del mejor y más grande de los Ejércitos, justo y todo poderoso, son parte del Ejército Celestial. Nuestro Señor, nuestro Padre, los ha acogido y abrigado con todo su amor y hoy disfrutan en su presencia de la gracia de la eternidad. Ellos viven en nuestro recuerdo, en nuestras mentes y corazones, algún día, cuando Dios lo disponga, nos reuniremos todos juntos en aquella Patria Celestial. Hoy solo nos queda preguntarnos ¿Qué quiere nuestro Señor?, a lo que podemos responder que somos sus instrumentos y estamos para hacer su voluntad. Quizás la respuesta sea que nos acerquemos más a Él y unidos en la oración sepamos ser más hermanos. Jesucristo nos advierte: "A menos que todos nos arrepintamos, pues todos seremos destruidos de la misma manera". Estamos cercanos a recordar el nacimiento de Jesús, primera Navidad de muchas más sin la presencia de sus hijos. Yo, junto con querer entregarles todo mi apoyo moral, deseo invitarlos a que unidos en la oración estrechemos nuestros corazones, para que el amor, la sinceridad de nuestro Señor y Redentor Jesucristo inunde de Esperanza y de Paz en nuestros corazones. Sintiendo junto a ustedes la presencia espiritual de los que ya han partido y que ellos nos acompañen y nos guíen desde la Eternidad. Y que sumemos a nuestra oración a los inocentes de Maihue y a otros tantos que han quedado desamparados por la partida de un ser querido. Reiterando mis respetos y el de toda mi familia a cada uno de ustedes, deseándoles de todo corazón que Dios los colme de bendiciones y nos entregue todo su consuelo, tranquilidad y conformidad. Afectuosamente y acompañándolos permanentemente en su dolor,
Patricio Cereceda Truan
Mayor
Ex–Cdte. del Btn de Inf. de Mña. Regimiento Reforzado Nº17 "Los Ángeles"